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Desde EUROFRONT y en colaboración con los siete países socios del programa, la puesta en marcha de diferentes estrategias que ayuden a la detección de documentos falsos es uno de los ejes del trabajo conjunto y el intercambio de experiencias entre las dos regiones. En este artículo, analizamos por qué la lucha contra la falsedad documental resulta clave para la seguridad y la protección de las personas.

La región de América Latina se ve sometida a diferentes tensiones en materia de movimientos migratorios y de personas. Por ejemplo, la problemática venezolana, las caravanas de migrantes de Centroamérica, el tapón del Darién… 

“En muchas ocasiones, los migrantes caen en manos de redes que vulneran sus derechos fundamentales, siendo un modus operandi habitual de estas mafias el uso de documentación falsa para eludir estos controles y facilitar esta migración riesgosa”, explica Víctor Alfredo Suárez López, experto Principal de los Pilares 2 y 3 del Componente 1 del Programa EUROFRONT. 

Que los movimientos de personas se produzcan en condiciones de seguridad para las personas y en particular para los colectivos vulnerables es una de las prioridades en materia de gestión de fronteras a la que se enfrentan las instituciones de estos países implicadas en la materia.

En primer lugar, a la hora de enfrentarnos a esta cuestión habría que responder a la pregunta de qué es la falsedad documental, ya que la respuesta no resulta tan obvia como podría parecer. El experto de EUROFRONT aporta una definición: “Hablamos de falsedad documental cuando ante un documento de viaje o identidad válido el autor altera, simula, modifica o falsifica un documento o parte de este”.

Y aquí viene la primera cuestión importante: muchas veces el término documento falso se asocia a la creación de, por ejemplo, un pasaporte por vías irregulares. Sin embargo, “la adulteración de uno de los elementos del documento” también constituye un delito de falsedad documental.

Quién cruza la frontera

Para los funcionarios y las autoridades de un país resulta vital controlar de forma eficiente la veracidad de los documentos. No se trata tanto de la validez del documento en sí, sino de ser capaces de “saber realmente quien cruza nuestras fronteras”, explica Suárez, precisando que se trata ante todo de una cuestión de seguridad.

“No olvidemos que el portador de un documento falso: ha cometido, está cometiendo o va a cometer algún ilícito penal y cuando hablamos de fronteras, algún delito transfronterizo”, apostilla. Es por esto que los profesionales que trabajan en la gestión de fronteras tienen el interés de reforzar en lo posible su lucha contra este fenómeno. Un documento falso conecta con las mafias y bandas de crimen organizado, ya que sus integrantes se sirven de la falsedad documental para evitar controles de seguridad en puestos fronterizos.

Tecnología invisible

Hoy día los expertos en documentos de las fuerzas de seguridad de los diferentes países de la UE se apoyan en la tecnología para detectar documentos de viaje falsos. Existen métodos preventivos, como las microimpresiones, tintas OVI, relieves, códigos alfanuméricos de seguridad y otros mecanismos de tarjetas de identidad o pasaportes; que se complementan con métodos reactivos, como los verificadores en los aeropuertos, pruebas de laboratorio y escáneres específicos.

Con vistas a seguir trabajando en la puesta en marcha de estrategias que luchen contra la falsedad documental, representantes de las fuerzas de seguridad de los países socios de EUROFRONT tiene previsto reunirse entre el 2 y el 3 de noviembre en Madrid. Durante este encuentro intercambiarán experiencias con los responsables de esta materia de Policía Nacional de España y visitarán las instalaciones de una experiencia pionera: el Punto Atenas de Madrid.